miércoles, 27 de abril de 2016

Publicado el 4/27/2016 04:00:00 p. m. por con 0 comentarios

Entrevista a Miguel Buñuel Vicedecano de Relaciones Internacionales e Institucionales (II)


La semana pasada, con motivo de la Semana del Libro 2016, compartíamos la primera parte de la entrevista a Miguel Buñuel.

Esta semana, continuamos con ella. Hablamos sobre las actividades que dirige nuestro Vicedecano, la novedosa Summer School of Economics and Business, las políticas económicas en el medio ambiente y mucho más. 

  • ¿Cuál ha sido la actividad que más le ha gustado dirigir como Vicedecano?
La verdad es que mi actividad como Vicedecano la vivo muy intensamente y estoy totalmente inmerso en ella, por lo que creo que no tengo perspectiva para analizarla. Supongo que sería como preguntarle a Phileas Fogg en medio de su viaje qué es lo que más le ha gustado de su vuelta al mundo. Cuando se lo preguntaran de vuelta en Londres seguro que diría que lo que más le gustó fue conocer a Aouda, pero en medio del viaje… Pregúntame dentro de…
No obstante, sí puedo decir que la actividad que más me ha divertido dirigir ha sido la realización del vídeo de promoción internacional de la Facultad, que está siendo un gran éxito en YouTube y ya va por cerca de un millar de visualizaciones. Fue mucho trabajo de preparación y planificación, para el que conté con la colaboración de un equipo formado por las tres becarias que aparecen en el propio vídeo, Carolin Wirth y Clarissa Helmle, de Alemania, y Malin Jönsson, de Suecia. Además de todos los compañeros y estudiantes que desinteresadamente aparecen en el vídeo. Finalmente, tuvimos la fortuna de que la realización y montaje del vídeo, por una productora contratada por el Rectorado, ha sido muy profesional, aunque la entrega del producto final se demorara casi un año. Aquí hay que agradecer al Delegado del Rector para Comunicación e Imagen Corporativa, Javier Oubiña, que tuviera la iniciativa de proporcionarnos a los centros un vídeo institucional, que nosotros decidimos dedicar a la promoción internacional de la Facultad.
  • Estamos muy pendientes este año de la Summer School, ¿cómo surge este proyecto? ¿Cómo cree que podría beneficiar al estudiante que se apunte a la Summer School?
La Summer School of Economics and Business surge en el proceso de reflexión sobre cuál debería ser la estrategia de internacionalización de nuestra Facultad y para qué sirve la internacionalización. En noviembre de 2014 ya presentamos en la Junta de Facultad un primer borrador de un posible Plan de Internacionalización. Entonces, todavía no habíamos definido este proyecto, aunque ya me rondaba la idea.

La Summer School of Economics and Business es una apuesta estratégica de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales por la “internacionalización en casa”, que en el futuro quizá sigan otros centros de la UAM. Se trata de ofrecer a los alumnos de la Facultad que no tienen ocasión de disfrutar de una experiencia de movilidad internacional algo lo más parecido posible a ésta, sin salir de la propia Facultad: cursos iguales o equivalentes en lo académico a los de nuestras titulaciones oficiales, impartidos en inglés y con compañeros mayoritariamente extranjeros. No debemos olvidar que, aunque la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales es el Centro de la UAM que más alumnos envía en movilidad cada año, la mayoría de nuestros alumnos (aproximadamente dos tercios) no realizan movilidad, seguramente por razones económicas en la mayoría de los casos. En definitiva, se trata de contribuir a la igualdad de oportunidades, en un marco de restricciones presupuestarias que hacen imposible financiar la movilidad física al extranjero de quiénes no tiene recursos para salir a estudiar fuera, como nos gustaría.
Por otra parte, es bueno que la vida universitaria siga también durante el verano, y que nuestras instalaciones y recursos no se queden ociosos cuando acaba nuestro semestre ordinario. Lo que da vida a la universidad es tener estudiantes formándose en sus aulas, por lo que traer más estudiantes es dar más vida a nuestra Facultad. Y la diversidad que supone traer estudiantes de todo el mundo es en sí misma un valor a cultivar.
  • ¿Cómo y cuándo se puede uno apuntar? ¿Es necesario ser estudiante o estar vinculado a la UAM?
Uno se puede apuntar ¡ya! El cómo apuntarse y el resto de detalles está en nuestra web. Por supuesto, no es necesario ser estudiante o estar vinculado a la UAM para inscribirse. De hecho, como se deriva de lo que comentaba anteriormente, se trata de que nuestros alumnos puedan vivir una experiencia internacional si salir de casa, por lo que, para ello, esperamos que la mayoría de sus compañeros sean estudiantes de, ojalá, todas las partes del mundo.
  • Entre sus publicaciones destaca la importancia del medio ambiente para la economía, ¿Qué retos quedan por superar en esta materia?
Nuestra política ambiental, en realidad todas nuestras políticas públicas, necesitan una mejor fundamentación económica y un diseño eficiente. Por poner un ejemplo no exclusivamente ambiental, pero muy ilustrativo, si nuestras políticas públicas tuvieran mejores fundamentos económicos no se hubieran construido en nuestro país tantas infraestructuras injustificadas, como aeropuertos de los que nunca ha despegado un avión. En el caso de la política ambiental, necesitamos como agua de mayo que se emprenda decididamente la senda de una reforma fiscal ecológica.
  • ¿Qué habría que abordar en la próxima reforma fiscal para mejorar en este aspecto?
Lo que deberíamos abordar, y van ya muchas ocasiones para hacerlo desperdiciadas, es lo que acabo de mencionar: una reforma fiscal ecológica. Una reforma fiscal ecológica aumenta el gravamen sobre males como la contaminación y lo disminuye sobre bienes como el trabajo. Se trata de utilizar los ingresos de los tributos medioambientales para reducir otros tributos distorsionadores de la actividad económica o las igualmente distorsionadoras contribuciones a la Seguridad Social. Todas estas fuentes de ingresos públicos reducen la eficiencia y retrasan el crecimiento económico, pero son necesarias para obtener los ingresos que permiten financiar el gasto público. Por tanto, los tributos medioambientales ofrecen la posibilidad de mejorar la economía a la vez que el medio ambiente. De esta forma, podemos disminuir el gravamen sobre el factor trabajo, con el propósito de contribuir a resolver el problema dual que supone la sobreutilización de los recursos naturales (deterioro medioambiental, agotamiento de los recursos no renovables y sobreexplotación de los recursos renovables) y la infrautilización de los recursos humanos (tasas de desempleo elevadas).
Son varias las figuras tributarias y las medidas compensatorias que podrían introducirse en una reforma fiscal ecológica, pero quisiera destacar la que considero que debe ser la pieza fundamental de esta reforma en España: un impuesto sobre el carbono, que es equivalente a un impuesto sobre los combustibles fósiles cuyos tipos impositivos dependan del contenido en carbono de cada combustible. Considerando que la relación entre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el contenido de carbono de cada combustible fósil es prácticamente proporcional, un impuesto sobre el carbono equivale a un impuesto sobre las emisiones de CO2. Por tanto, es el tributo más adecuado frente al cambio climático, pues proporcionará los incentivos precisos para promover el ahorro energético, la sustitución de los combustibles fósiles de mayor contenido en carbono por los de menor contenido, y la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes alternativas de energía (principalmente, energías renovables).

Mi propuesta en este sentido es introducir un impuesto sobre el carbono, posiblemente como una reordenación del impuesto sobre hidrocarburos, de manera gradual. Por ejemplo, podríamos introducir un gravamen de 25 euros por tonelada de CO2, pero no de un día para otro, sino de manera progresiva: 5 euros por tonelada en el momento de la introducción, incrementados anualmente en 2 euros hasta llegar a 25 al cabo de 10 años. El objetivo sería la subida a largo plazo de los precios de la energía, de forma que todos los agentes económicos puedan tener en cuenta esta subida en la planificación de sus inversiones y que su introducción gradual y escalonada minimice los efectos negativos sobre la economía, que pueden llegar a ser positivos gracias a la reducción de tributos distorsionadores con la recaudación generada. El momento actual no podría ser más propicio para mi propuesta de reforma fiscal ecológica, dada la bajada de los precios internacionales de la energía y el temor a la deflación.
• Y, por último, una pregunta que nos gusta hacer a todos los entrevistados… ¿cuál es su rincón favorito de este Campus?
Mi rincón favorito de este Campus es la Biblioteca de nuestra Facultad, ¡por supuesto!
Biblioteca de Económicas UAM 

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